Semana Santa es una fecha de pasión, recogimiento y devoción. En muchas regiones de España, incluyendo la Costa del Sol o el Campo de Gibraltar, se celebra esta semana con intensidad y muchas ganas de salir en procesión.

Tanto es así que los costaleros y portadores de tronos se exponen a sobreesfuerzos a modo de penitencia o devoción.

Hoy, en Traumavance queremos abordar el tema de la carga de tronos y pasos desde un punto de vista médico. Nuestra intención es proponer un plan para evitar lesiones en costaleros y portadores antes, durante y después de Semana Santa.

Las lesiones en costaleros y portadores de Semana Santa

Claro está, hay una diferencia entre aquellos que llevan las imágenes a hombros (como es el caso de los portadores de las procesiones de Málaga) y quienes las cargan directamente en la espalda.

Sin embargo, en ambos casos quienes llevan las imágenes se exponen a lesiones y molestias tras la Semana Santa.

Qué debe hacer un costalero o portador antes de Semana Santa

Tradicionalmente, los pasos y los tronos eran llevados por hombres acostumbrados al trabajo físico. No era extraño encontrarse con estibadores portuarios o trabajadores del campo o la construcción bajo las imágenes. En consecuencia, sus cuerpos ya estaban acostumbrados a la sobrecarga y a cargar peso durante tiempo prolongado.

A día de hoy, debido a la pasión que levanta la Semana Santa sobre todo los estratos sociales, es habitual que los pasos o tronos sean llevados por gente de toda condición social y profesión.

Por eso mismo, lo más recomendable es tener una correcta preparación física para llevar un trono o paso. Y más teniendo en cuenta que cada portador o costalero tendrá que soportar más de 30 kilos de peso durante varias horas.

Tal y como recomendó el doctor Manuel Vides de Traumavance a Agencia EFE, lo ideal es que costaleros y portadores realicen un entrenamiento durante todo el año, más o menos igual que la preparación de un maratón.

Al fin y al cabo, salir como costalero en Semana Santa no deja de ser un esfuerzo físico de alta intensidad realizado en un corto período de tiempo.

El sedentarismo está contraindicado si queremos acabar la Semana Santa sin lesiones y en condiciones óptimas. También es recomendable pasar por consulta clínica en caso de que dudemos sobre nuestra integridad física.

Ahora bien, algunas recomendaciones que debes de tomar antes de realizar la estación de penitencia son:

• Mejorar tu forma física: es fundamental comenzar, como mínimo, cuatro meses antes. Hay que seguir un programa específico de fortalecimiento muscular y cardiovascular con el fin de adquirir resistencia.
• Reconocimiento médico previo: para descartar posibles patologías graves que pudieran estar escondidas y que puedan aflorar con un esfuerzo de esa magnitud.
• Asistir al fisioterapeuta con regularidad para el tratamiento de patologías diagnósticas o prevención de las mismas.
• Entrenamientos previos para una perfecta coordinación entre los costaleros o portadores.
• Estiramientos para prevenir sobrecargas a la hora de la procesión.
• Proteger las zonas sensibles: usar fajas protectoras para la zona lumbar y para evitar lesiones y hernias discales, utilizar guantes para evitar quemaduras y un calzado adecuado.
• Seguir una dieta rica en hidratos de carbono (pastas y verduras) y desayunar correctamente.

Los pasos a seguir durante la procesión

En el momento de la verdad, debemos considerar salir en procesión como un ejercicio físico al uso, con sus pasos previos y posteriores.

Es importante realizar una serie de estiramientos y calentamiento previo a la salida de la procesión para, así, no tener los músculos y las articulaciones en frío.

Hay que tener en cuenta que cualquier peso que recaiga en nuestros hombros o espalda también lo hará sobre el resto del cuerpo (rodillas, columna, pies, etc.) por lo que un calentamiento integral es esencial.

Durante la marcha, es importante mantener la cabeza erguida y mirando al frente. Así evitaremos lesiones en el cuello.

Por otro lado, se debe mantener una postura correcta, manteniendo rectos, espalda y tronco. Si queremos evitar lesiones siendo costaleros, también es más que recomendable pisar con toda la planta del pie (para distribuir el peso) y tomar agua de forma frecuente, antes de que nuestro cuerpo nos la pida.

También se recomienda que, durante las pausas en la procesión, se hagan estiramientos de forma continua y revisemos la intensidad del dolor.

Justo después de la procesión debemos repetir el proceso de estiramientos, con el objetivo de devolver a la calma nuestro organismo de la mejor forma posible.

Qué hacer después de una procesión para evitar lesiones

Los costaleros y portadores deben tener cuidado con el antes y el durante, pero también en las horas posteriores a cargar con un paso o un trono.

En dicho momento, lo ideal es moverse mediante movimientos más lentos de lo habitual para devolver el aparato locomotor a su estado basal. Por otro lado, también se recomienda aplicar frío (nunca hielo directamente) en las zonas de mayores molestias, así como cremas indicadas para tal fin.

Por último, se debe volver a la normalidad con calma y sin realizar sobreesfuerzos que puedan comprometer la integridad del organismo.

Lesiones habituales en costaleros o portadores de trono

Aunque parezca mentira, las lesiones en el hombro o en la espalda no suelen ser las más habituales en costaleros.

La mayoría corresponden al tren inferior, normalmente en rodilla y tobillo, ya que es donde recae la mayor parte del peso. Normalmente, tampoco son zonas a las que los costaleros presten mucha atención, al contrario de lo que ocurre en la zona lumbar, por ejemplo.

Ahora bien, las lesiones más comunes de los costaleros o portadores, de menor a mayor gravedad, son las siguientes:

• Sobrecargas musculares
• Contracturas
• Lesiones articulares
• Inflamación en articulaciones
• Agravamiento o producción de lesiones discales (hernias)
• Atrapamiento de raíces nerviosas en el miembro superior

Es fácil adoptar una mala postura con el cuello al apoyar la trabajadera cuando se está debajo del paso. Esto puede llegar a generar parestesias en el miembro superior, esto es, adormecimiento o falta de sensibilidad por un mal apoyo, siendo una de las lesiones más frecuentes de los costaleros.

Si vas a ser portador o costalero en Semana Santa o conoces a alguien que lo vaya a ser, te dejamos por aquí varias claves para prevenir lesiones. 

10 claves para prevenir lesiones en Semana Santa

Si vas a realizar esfuerzo físico el día de la procesión, además de poner en práctica ciertos ejercicios concretos, conviene que tengas presente varias medidas generales que te ayudarán a sobrellevar la intensa jornada. Por ello, no está de más que las personas que no participan de manera activa, también conozcan estas claves:

1. El estrés, bajo control

Disminuir y controlar tus niveles de tensión o estrés reducirá el riesgo de que aparezcan dolencias o lesiones. Además, hay que procurar dormir ocho horas la noche anterior a la procesión.

2. Practica actividad física con regularidad

A modo de entrenamiento, previamente conviene practicar ejercicio físico de manera regular, aproximadamente, desde tres meses antes de las procesiones. Y aún mejor: realiza una actividad física para el esfuerzo intenso que se va a realizar mientras llevas el paso, sobre todo si los costaleros no se dedican a una actividad profesional que requiera esfuerzo físico.

No pueden faltar los ejercicios de estiramiento al finalizar la actividad y durante las paradas en la marcha.

3. Asiste a una revisión médica personalizada y previa

Acudir al fisioterapeuta o médico rehabilitador días antes de Semana Santa te servirá para asegurarte una salud óptima y un estado del cuerpo adecuado de cara a la intensa actividad.

4. Estudia y sé consciente de las posturas

Saber cuál es la alineación ideal de las articulaciones repercutirá en un menor riesgo de lesión al portar las imágenes en los pasos o tronos de la procesión.

Lo más adecuado es mantener la mirada al frente y lo más recta posible, para disminuir la tensión muscular y articular en las cervicales. Hombros y brazos abajo, relajados y apoyando los antebrazos, si es posible, en la estructura metálica o en el brazo del compañero. Además, las rodillas han de estar ligeramente flexionadas en todo momento.

5. Calienta y ejercítate antes de salir

Durante los diez o quince minutos antes de salir con el paso, hay que calentar para preparar los músculos ante el próximo esfuerzo y realizar ejercicios específicos para fortalecer las zonas que vayan a verse afectadas.

Si en algún momento, durante la actividad, te mareas, o sientes pinchazos u hormigueos en los músculos, avisa a tus compañeros o responsables para poder parar y descansar un poco.

6. Utiliza calzado y ropa adecuada

Es imprescindible usar zapatillas cómodas y ya usadas para evitar rozaduras, callos, etc., ; con suela resistente que absorba bien los impactos; los cordones correctamente atados para no tropezar y el tobillo bien sujeto, para evita torceduras. Y la ropa, que sea holgada, cómoda, sin costuras que puedan producir rozaduras.

Si eres espectador, protégete también del sol directo y de las temperaturas (ya sean frías o más calurosas), con los elementos adecuados (gafas de sol, gorra o sombrero, ropa).

7. Hidrátate y come regularmente

Beber agua en pequeñas cantidades, antes, durante y después de la actividad, ayudará a evitar una posible deshidratación.

No pases muchas horas sin comer, tanto si eres participante activo, como si estás viendo la procesión.

8. Cuenta con la ayuda de soluciones de movilidad

Fajas, muñequeras, rodilleras, medias de compresión, soluciones podológicas para prevenir callos, rozaduras o ampollas en los pies… Puedes asistir a la farmacia, donde el profesional farmacéutico te recomendará sobre cuál es el mejor artículo que puedes usar el día señalado, ya sea para reforzar o para proteger sobrecargas o molestias.

Si ya tienes una lesión o dolencia previa, busca productos destinados a aliviarla para que no te dé problemas durante el esfuerzo.

9. Busca el alivio final

Nada más terminar la actividad es aconsejable realizar estiramientos para relajar la musculatura, así como masajear e hidratar los pies.

Además, puedes ayudarte de la terapia térmica para aliviar las zonas afectadas: zona cervical, lumbares, hombros y articulaciones. Y de nuevo, hidrátate poco a poco y también ve ingiriendo progresivamente alimentos conforme te vas recuperando.

10. Recuerda los cuidados de después

Tras terminar la Semana Santa, es aconsejable asistir al médico o a un centro de fisioterapia para solucionar posibles lesiones, molestias, excesos de tensión muscular, etc.

Pero, cómo puede ayudar un fisioterapeuta a un costalero o portador

¿Cómo puede ayudar un fisioterapeuta a un costalero o portador?

La figura del fisioterapeuta deberá estar presente para el costalero, antes, durante y tras la Semana Santa. Su labor será prevenir o corregir aquellas lesiones, informando sobre qué posturas son las más adecuadas a la hora de cargar con el paso o trono y qué ejercicios de calentamiento o estiramientos deben realizar antes y después del esfuerzo físico.

Y una vez finalizada, el fisioterapeuta juega un papel muy importante, ya que facilita la recuperación de las lesiones producidas, mediante terapias manuales y/o electroterapia con efecto analgésico y antiinflamatorio, aliviando dichas lesiones habituales de los costaleros y portadores.

 En caso de que sufras alguna lesión o tengas la percepción de la misma, lo indicado es acudir cuanto antes a un médico especialista.

En Traumavance estamos especializados en este tipo de cuestiones, por lo que estamos preparados para ayudarte. Si necesitas atención médica especializada, nosotros contamos con las más avanzadas técnicas de traumatología en la Costa del Sol.