La periostitis tibial o síndrome de estrés tibial medial es una lesión de pie y tobillo que se produce por la inflamación del periostio (membrana que recubre el hueso de la tibia), como consecuencia del uso excesivo de los músculos del tercio medio de la tibia.
Esta estructura se encuentra cubierta por terminaciones nerviosas, que hacen que el periostio de la tibia sea muy sensible al estrés muscular. La sobrecarga muscular produce la acumulación de microrroturas en el periostio que hacen que los tejidos se inflamen y se irriten con mayor facilidad.
Esta lesión es muy común en personas que practican deportes y entrenamientos intensivos después de largas pausas de actividad física, como bailarines, corredores de fondo o jugadores de fútbol, aunque también existen casos en militares.
Las causas de la periostitis también pueden estar asociadas con estos factores:
- Cambio en la técnica o en la superficie de entrenamiento.
- Desequilibrio muscular y pérdida de flexibilidad.
- Uso de calzado inadecuado o cambio repentino de zapatillas deportivas.
- Impacto sobre superficies irregulares o duras.
- Movimiento de rotación interna de la pierna.
- Pisada en hiperpronación.
- Problemas biomecánicos en la zona lumbar o sacro, en la cadera o en la rodilla.
Síntomas de la periostitis tibial
El síntoma más frecuente de la periostitis tibial es el dolor en la espinilla, aunque sus características varían en función de cada paciente y del nivel de la lesión:
- Nivel 1: dolor después de practicar deporte.
- Nivel 2: dolor durante la práctica deportiva.
- Nivel 3: el dolor empeora con la mínima tensión muscular.
- Nivel 4: el dolor persiste limitando el entrenamiento deportivo.
- Nivel 5: el dolor aparece incluso estando en reposo, sentado, acostado…
El dolor puede presentarse en el sitio de origen de la lesión o extenderse hacia el pie. Además, en la piel de la zona afectada puede presentarse sensibilidad, inflamación o parestesias.
Cómo evitar la periostitis tibial
Para evitar la periostitis tibial, hay que realizar una serie de correcciones a nivel deportivo y físico:
- Adaptar el nivel del entrenamiento a las necesidades del paciente.
- Contar con el diseño del calzado adecuado para amortiguar el impacto con el suelo.
- Reemplazar las zapatillas de deporte después de un tiempo.
- Seguir un programa de calentamiento y estiramiento tras el entrenamiento.
- Llevar a cabo un análisis de la marcha para descartar patologías en la pisada.
- Utilizar plantillas ortopédicas, en caso de alteración en la pisada.
Es imprescindible entrenar y correr con precaución para no sobrecargar la musculatura y realizar los descansos oportunos para que el organismo tenga tiempo de recuperarse y reparar las estructuras.
Si eres deportista y quieres prevenir una lesión, este artículo es perfecto para ti: “Deporte de fin de semana: consejos y precauciones para evitar una lesión”
Cómo curar la periostitis tibial
Para dar con el tratamiento correcto, primero te deben realizar el diagnóstico adecuado, puesto que el dolor en la espinilla es un síntoma que puede ser producido por varias lesiones, como el síndrome compartimental, la ciática, la trombosis venosa, la contractura muscular, etc.
Primero, se lleva a cabo un diagnóstico físico con palpación y luego se puede optar por un estudio de imagen para determinar el grado de afección del hueso y el músculo, mediante la ecografía, la radiografía, la resonancia magnética o la gammagrafía.
Después de corroborar y concretar que efectivamente se trata de una periostitis tibial, el siguiente paso es poner solución a los factores que provocan la lesión, como el sobrepeso o la hiperpronación.
Cómo calmar el dolor
Ante cualquier lesión, lo primero es controlar el dolor que inhabilita al paciente. Algunas de las soluciones que más ayudan a aliviar los síntomas son:
- Poner agua caliente en las plantas de los pies.
- Hacer estiramientos y ejercicios para relajar el músculo tibial.
- Descansar las piernas en alto por encima del pecho.
- Aplicar hielo sobre la zona lesionada de 15 a 20 minutos, 3 o 4 veces al día.
Tratamiento de la periostitis tibial
En general, se suele recomendar a los pacientes seguir los siguientes tratamientos conservadores:
- Fisioterapia
- Período de reposo deportivo
- Utilización de kinesiotaping, plantillas ortopédicas, pantorrilleras o vendaje de compresión.
- Medicamentos antiinflamatorios y analgésicos
- Infiltraciones de plasma rico en plaquetas
En este tipo de lesiones no suele ser necesario recurrir a la cirugía, puesto que los tratamientos anteriores suelen ser suficientes para la recuperación del paciente. Aunque pueden existir casos de dolor crónico o de aumento de la presión, donde hay riesgo de verse afectado el suministro de sangre al músculo, en los que se acude a la cirugía para liberar el compartimento muscular afectado.
El proceso se lleva a cabo mediante cirugía abierta o endoscópica por un traumatólogo deportivo y/o especialista en pie y tobillo.
Tiempo de recuperación
El proceso de recuperación puede ser muy distinto de un paciente a otro, ya que depende de la gravedad de la lesión, la causa y los síntomas.
Por este motivo, es muy complicado concretar un tiempo de recuperación, aunque, normalmente, los deportistas suelen tardar en recuperarse y volver a la actividad deportiva de 3 a 6 semanas.
Estiramientos y ejercicios
Estos son algunos de los ejercicios que puedes llevar a cabo para que el proceso de recuperación sea más rápido y efectivo:
1. Elevación de talones
De pie y apoyado en la pared, levanta el pie de una pierna flexionando la rodilla y eleva el talón de la otra apoyada en el suelo.
Mantén la pierna subida durante algunos segundos y después bájala.
2. Potenciación del glúteo medio
Tumbado en el suelo de lado sobre la pierna sana, sube la afectada hacia arriba y bájala repetidamente.
3. Estiramiento del tibial anterior
De pie y apoyado en la pared, deja una pierna estirada y lleva la otra hacia atrás con cuidado mientras flexionas ligeramente la rodilla.
4. Estiramiento de gemelos
De pie y apoyado en la pared, adelanta una pierna y flexiona ligeramente la rodilla, manteniendo la pierna de atrás extendida.
Desplaza el centro de gravedad hacia delante.
5. Flexión dorsal
De pie y apoyado en la pared, haz una flexión dorsal de ambos pies, intentando llevar las puntas hacia arriba.
Esperamos que este artículo te haya servido para conocer qué es la periostitis tibial y cómo se trata. Si crees que puedes estar sufriendo esta lesión, te animamos a que asistas a la consulta de un especialista.
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