La osteocondritis disecante es una enfermedad articular en la que muere el hueso que está por debajo del cartílago por falta de flujo sanguíneo. Si bien esta lesión puede aparecer en cualquier articulación, la rodilla tiende a ser la más afectada.
En diversas ocasiones, en esta enfermedad se forman grietas en el cartílago articular y en el hueso subyacente. Por consecuencia de esto, la persona que padece osteocondritis disecante puede sufrir una necrosis avascular, que consiste en la muerte del tejido óseo debido a la falta de sangre.
¿Quieres saber más sobre la necrosis avascular? No te pierdas esta entrada del blog: “Necrosis de cabeza femoral: todo lo que tienes que saber sobre ello”
Generalmente, esta lesión suele ser una causa importante de dolor en las articulaciones de adolescentes físicamente activos. No obstante, como sus huesos todavía están creciendo, tienen más probabilidades que los adultos de recuperarse.
La osteocondritis disecante es clasificada por los expertos según el tamaño de la lesión, si el fragmento está parcial o totalmente desprendido o si el fragmento permanece en su lugar. Cuando el fragmento suelto permanece en su lugar, posiblemente el paciente experimente pocos síntomas.
Síntomas de la osteocondritis disecante
Los principales síntomas de la osteocondritis disecante son:
- Dolor en el hueso y/o en el cartílago afectado.
- Inflamación de la articulación.
- Dificultad para mover la articulación.
- Bloqueo articular o chasquidos.
- Restricción en el rango de movimiento.
Un paciente con esta enfermedad puede tener dificultades para subir escaleras, escalar montañas o practicar deporte. Además, tiene mayor sensibilidad alrededor de la articulación afectada y es habitual que sienta que la misma está floja o débil.
Causas de la osteocondritis disecante
Aunque las causas exactas que producen esta lesión no están del todo claras, hay distintos factores que están asociados a la osteocondritis disecante:
- Trauma físico repetitivo
- Menor flujo sanguíneo en el hueso (isquemia)
- Pérdida de flujo sanguíneo (necrosis avascular)
- Pequeñas lesiones en la articulación
- Rápido crecimiento
- Deficiencias y desequilibrio de calcio y fósforo
- Factores genéticos y endocrinos
A su misma vez, la osteocondritis disecante aparece con más frecuencia en niños y adolescentes de entre 10 y 20 años que realizan mucha actividad deportiva. Esta lesión está fácilmente asociada a deportes de alto impacto como el fútbol, el baloncesto, el lacrosse, el tenis, el béisbol y el levantamiento de peso.
Si eres deportista y además de está lesión quieres evitar otras, este artículo es perfecto para ti: “9 consejos para evitar las lesiones de rodilla al hacer deporte”
Ahora bien, hay varios tipos diferentes de osteocondritis disecante
Tipos de osteocondritis más frecuentes
Según la zona afectada, existen distintos tipos de osteocondritis, cada una de ellas con causas y síntomas diferentes:
1. Osteocondritis de pecho
La osteocondritis de pecho o costocondritis afecta al cartílago que une las costillas con el esternón y puede provocar un dolor agudo y punzante en el pecho. El dolor en el esternón por osteocondritis se produce justamente por los cartílagos inflamados, causando dolor en el tórax.
Esta lesión también es conocida como dolor en la pared torácica o síndrome costoesternal y, por lo general, se trata de una afección inofensiva que suele desaparecer por sí sola tras dos o tres días.
2. Osteocondritis esternal
La osteocondritis esternal es un tipo doloroso de osteocondritis que se caracteriza por la inflamación benigna de uno o más cartílagos de la articulación esternocostal.
Esta lesión generalmente se suele resolver en unos pocos meses con reposo. En algunos casos, el desarrollo de esta enfermedad puede estar precedido por tos excesiva, vómitos, traumatismo en el pecho o infecciones.
3. Osteocondritis de rodilla
La osteocondritis de rodilla afecta a un segmento de cartílago y su hueso subcondral. La lesión puede deberse a una fractura osteocondral o subcondral no consolidada y por lo general, ocurre en el cóndilo femoral interno. La rodilla es la articulación más común con osteocondritis.
En el caso de no recibir tratamiento, esta enfermedad puede dañar el cartílago, haciendo que las partes sueltas del hueso y el cartílago puedan desprenderse de la articulación. A su vez, a largo plazo podría conducir a una artritis.
Si quieres prevenir el daño del cartílago de tu rodilla, el siguiente artículo te interesa: “Cómo disminuir el desgaste del cartílago de tu rodilla”.
4. Osteocondritis de tobillo
La enfermedad osteocondral de tobillo es una lesión del cartílago de la superficie articular que afecta casi siempre al astrágalo (hueso del tarso que constituye la parte inferior del tobillo).
La causa principal de este trastorno son los esguinces de tobillo. En la mayoría de los pacientes, se presenta un dolor continuo en el tobillo con actividad física (incluso ligera) que normalmente mejora con reposo.
Si estás interesado en saber más de esta lesión, no te pierdas esta entrada del blog: “Osteocondritis de astrágalo en el tobillo o lesión de osteocondral”
Tratamiento de la osteocondritis disecante
En caso de padecer síntomas relacionados con esta enfermedad, se debe asistir a un profesional para que pueda diagnosticar e indicar el tratamiento adecuado que mejor se adapte al paciente.
El diagnóstico de esta lesión consta de una primera exploración física en la que el experto hace presión sobre la articulación afectada con el objetivo de estudiar los ligamentos, medir el rango de movimiento y verificar la sensibilidad o la inflamación de la zona.
Seguido de esto, se pueden realizar varias pruebas por imágenes como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, para conseguir una imagen más detallada de la articulación afectada.
El tratamiento que se indique al paciente tendrá como finalidad aliviar el dolor y recuperar el funcionamiento normal de la articulación. Generalmente, sobre todo en niños, basta con reposo o con la colocación de un dispositivo para inmovilizar la articulación por un tiempo; pero en ocasiones es aconsejable la fisioterapia o incluso con una cirugía.
El tratamiento con fisioterapia para la osteocondritis disecante consta de:
- Ejercicios de amplitud del movimiento
- Ejercicios de estiramiento
- Ejercicios de fortalecimiento de los músculos
En los casos más graves, donde queda un fragmento suelto o el área continúa afectada por alguna otra razón, es posible que sea necesaria una operación de osteocondritis disecante, la cual se trata de una cirugía mínimamente invasiva que ayuda a restaurar los tejidos de forma sencilla.
Esperamos que este artículo te haya sido de ayuda. Si crees que puedes padecer esta enfermedad te aconsejamos que visites la consulta de un profesional.
Si te ha quedado alguna duda, contacta con nosotros.
Si necesitas visitar a un traumatólogo especialista en rodilla para tratar esta u otras lesiones, estamos a tu disposición para ayudarte en todo lo que necesites.