¿Has oído hablar de la artritis reumatoide en la muñeca? ¿Crees que la sufres? En la siguiente guía te contamos todo sobre la artritis reumatoide, qué es, las causas que pueden llevar a producirla y los posibles tratamientos a seguir.
Artritis reumatoide en muñeca: qué es
Primero de nada, hablemos de la artritis. Estamos ante una enfermedad que afecta a los tejidos de las articulaciones, pudiendo ser aguda o crónica.
Se puede desencadenar debido a una lesión de la articulación o bien por causas genéticas y medioambientales. Y es que, debido a la artritis, las articulaciones se van deteriorando con el desgaste del cartílago, lo que da lugar a una serie de cambios que se pueden observar a través de los rayos-X.
También es importante mencionar que la artritis puede ser dolorosa o no. No obstante, sí puede limitar el movimiento, deformar la propia articulación o incluso que deje de funcionar como lo hacía antes.
Asimismo, aunque puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, lo cierto es que la mano y la muñeca son las zonas más frecuentes de artritis.
Si nos centramos en la artritis reumatoide como tal, estamos ante un tipo que sí causa dolor, hinchazón y hace que la muñeca se muestre más rígida de lo normal.
Lo más sorprendente, es la edad a la que afecta, porque es bastante común en mujeres de más de 30 años.
Síntomas
Aparte de los síntomas mencionados, hay otros que se pueden manifestar si una persona sufre de artritis reumatoide en la muñeca. Entre ellos:
- Nota las articulaciones de la muñeca más sensibles, calientes e hinchadas de lo normal
- La muñeca se muestra más rígida; sobre todo por las mañanas y después de un periodo de inactividad
- Se tiene más cansancio
- Se puede manifestar fiebre
- Se puede perder el apetito
Causas
Hablemos de las causas. ¿Por qué se produce?
De salida tenemos que la artritis reumatoide es una enfermedad autoinmunitaria.
Cuando se produce, puede dar lugar a problemas en el corazón, nervios, pulmones, ojos y en la piel. Y también puede tener que ver con los factores ambientales como algunos virus y bacterias, que lo pueden causar.
También hay una serie de factores de riesgo que pueden acelerar el sufrir la artritis reumatoide. Uno de ellos, es el sexo, dado que las mujeres son más propensas a sufrirlo. En cuanto a la edad, puede aparecer a cualquiera, pero lo más común es a mediana edad.
Otro factor de riesgo, es si se tienen antecedentes familiares. Aunque también puede ser un efecto del tabaquismo o de tener sobrepeso.
¿Cuándo consultar al médico?
Lo cierto, es que si se sufre de artritis reumatoide en la muñeca, no se debe mirar para otro lado, se debe actuar y ponerse en manos de un médico lo antes posible.
Claro que, a menudo el paciente desconoce que lo sufre. Lo habitual es que empiece con una serie de molestias e hinchazón en las articulaciones.
Es decir, la persona que tiene este problema ve como le duele la muñeca más de lo normal y el dolor es día tras día o no cesa nunca, y también ve que tiene la muñeca hinchada y las articulaciones colindantes.
Tratamiento
¿Qué tratamiento seguir para la artritis reumatoide en la muñeca?
De salida, las personas pueden probar con algunos remedios caseros efectivos que pueden ayudar a reducir las molestias. Por ejemplo, ejercicios en los dedos y en la muñeca. Digamos que, el movimiento le viene bien.
Las terapias de frío y calor también pueden ser de gran ayuda, porque alivian y reconfortan.
Claro que, aunque estos remedios caseros pueden aliviar un poco, no corrigen el problema. Lo ideal es ponerse en manos de un profesional, que puede seguir tratamientos como el uso de antiinflamatorios no esteroides (AINE); ibuprofeno o naproxeno sódico.
En otros casos, se puede recurrir a fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) para el tratar AR, biológicos para la AR, esteroides orales o inyectables para reducir la inflamación o incluso inyecciones de cortisona.
Digamos que, antes de establecer un tratamiento para la artritis reumatoide en la muñeca es importante dejarse asesorar por un profesional para que pueda evaluar el estado y así proponer las mejores prácticas a seguir, en función del paciente.
¿Te ha quedado alguna duda? ¿Crees que lo sufres? Te esperamos.
