El ejercicio es sano y recomendado. Por eso tantas personas le dedican varias horas al día o a la semana, bien sea a nivel profesional o como hobby. El deporte mejora la salud y genera bienestar, pero hay que tener cuidado: algunos ejercicios físicos pueden producir lesiones como la famosa rodilla de corredor.
La rodilla de corredor es un problema que afecta a las personas que se dedican al atletismo o se han sumado a la moda del running. Puede atacar por igual a personas que entrenan 5 días a la semana de manera intensiva o a los que salen una vez cada siete días para despejarse después del trabajo.
También llamado el síndrome de la cintilla iliotibial, da la cara como un dolor intermitente, fuerte y punzante en la parte externa de la rodilla. Ocurre cuando se está practicando la carrera e incluso puede llegar a ser tan molesto que impida la práctica del ejercicio.
¿Cómo saber si sufro de rodilla de corredor?
Evidentemente, todos los dolores de rodilla al correr, saltar o realizar cualquier tipo de ejercicio no tienen por qué clasificarse directamente como síndrome de la cintilla iliotibial. ¿Cómo identificar entonces esta dolencia y por qué se produce?
Lo primero que hay que tener en cuenta es esa característica de dolor o molestia intermitente. Esto quiere decir que la zona no está causando dolor todo el tiempo, sino solo en algunos momentos o, en este caso, con un movimiento específico.
El síndrome de la cintilla iliotibial se manifiesta exactamente en el momento en el que el talón impacta en el suelo. Justo ahí el paciente que sufre de rodilla de corredor nota como un golpe seco que le produce dolor en la zona señalada.
Lo que ocurre, desde un punto de vista médico, es que la cinta iliotibial, que es un conjunto de fibras que llega a la rodilla desde la cadera, comienza a rozar de manera continuada y ‘violenta’ la parte lateral del fémur.
Esto en la mayoría de casos no produce dolores, ya que el cuerpo cuenta con unas bolsas protectoras que actúan como defensa, pero en ocasiones la situación de ejercicio se fuerza hasta el extremo de que dicha bolsa se inflama, y es cuando se produce el dolor.
¿Me he provocado yo la rodilla del corredor?
Cosas como un mal entrenamiento, una exposición a un ejercicio de alto rendimiento sin preparación previa o errores de técnica de carrera están detrás del síndrome de la cintilla iliotibial.
Además, existen predisposiciones personales como pueden ser ciertos desequilibrios musculares, la edad o el hecho de tener una pierna más larga que la otra.
Cada una de estas cosas o una combinación de algunas de ellas pueden estar detrás de esta molesta dolencia que puede llevar incluso a que algunas personas opten por dejar el deporte.
Y es que los dolores musculares continuados a la hora de hacer ejercicio son una de las principales causas para que un deportista se rinda. La relación lógica es obvia: hago ejercicio para sentirme bien, así que si me da dolor, mejor lo dejo.
Sin embargo, la rodilla del corredor tiene tratamiento que puede ayudar a paliar e incluso evitar por completo la dolencia. Basta ponerse en manos de especialistas y seguir los consejos para lograr que la situación mejore.
Tratar la inflamación
Medicación antiinflamatoria pautada por un especialista, fisioterapia, analgésicos y aplicación de hielo para reducir la inflamación son algunas de las primeras pautas que va a indicar un especialista en síndrome de cintilla iliotibial.
Además, dependiendo de la situación se puede plantear la infiltración de corticoides. Así se puede aliviar el dolor de la rodilla del corredor.
Evitar el problema
Una vez solucionado el problema del dolor, hay que poner medidas para evitar que vuelva a surgir la inflamación. Habrá que analizar la fuente del problema y encontrar el modo de resolverlo. Por ejemplo, si la lesión está provocada por la técnica de carrera y el uso de un calzado incorrecto, será preciso mejorar esta técnica y equiparse correctamente.
Todos estos consejos están enfocados a conocer en qué consiste la rodilla del corredor, cómo se produce y qué modos hay de solucionarlo. No obstante, siempre es recomendable ponerse en manos de profesionales que puedan realizar un análisis médico y tratar a cada paciente de manera personalizada. Y en Traumavance podemos ayudarte.